Crónica cuenta el surgimiento de los cables auto soportados en fibras (ASF)
* Joaquim Fanton
Durante la década de 70, varias operadoras de telefonía europeas empezaron a usar cables aéreos distintos de todo lo que se conocía a la época.
Hasta entonces, los cables aéreos eran espinados en un cable de acero, o eran auto soportados. En este caso, un cable de acero era aislado con el mismo material constituyente de la capa del cable y a este se conectaba mediante un cuello. Este tipo de cable era también conocido como figura 8, pues su sección transversal parecía con un número ocho.
Los nuevos cables usaban fibras de aramida (Kevlar). Eran tan resistentes que tuvieran su uso consagrado en la confección de chalecos y cascos antibalas.
Durante el año de 1979, estaba muy ocupado proyectando una red telefónica en la ciudad de Lagos, en Nigeria, pero, al final del año, volviera a Curitiba. Acabé consiguiendo que Telebrás me prestara para Telepar. Durante aquel año, mi esposa e hijos habían se transferido para Curitiba, donde habitaba grande parte de su familia.
Fui trabajar en la división de planeamiento técnico, donde me envolví con telefonía rural. La economía del estado dependía fuertemente de la agricultura y de la ganadería y la telefonía era de vital importancia para el campo. Había teléfonos móviles, pero telefonía celular aún estaba para inventarse. Yo ya había visto fibras ópticas en Japón, pero en encimera de laboratorio.
En el campo, la atención de la demanda de servicios de telefonía dependía visceralmente de red física de cobre. Empecé a estudiar el tema. Había la alternativa de usarse hilos descubiertos aislados por roldanas de porcelana, usando postes de madera exclusivos para telefonía, o cables telefónicos convencionales dotados de conductores diámetro 0,65 mm o 0,91 mm. Pero la ecuación de costo no cerraba.
En la zona rural, Telepar solo instalaba red caso el costo fuera absorbido por el cliente. Había grande demanda, pero los presupuestos alcanzaban valores fuera de las posibilidades de la mayoría de los interesados. La solución estaba en la minoración del costo de instalación, asociada a la posibilidad del rateo de la inversión entre varios interesados, asociada también a la compartición de postes de electrificación rural existentes.
Compartición de inversión sugería uso de cable. Compartición de postes de energía rural también apuntaba en la dirección de cable, pero ese tendría que ser ligero y extremamente resistente, porque la distancia media entre los postes de electrificación rural era de 80 metros.
No me recuerdo quien ha llamado a quien, pero acabé contactando un amigo que había trabajado en Telepar y que se trasladó hace poco para Santa Catarina. Tal amigo había trabajado en el Correo Alemán. Seguía relacionándose con ex-compañeros en Alemania que le mandaban informes técnicos relatando evoluciones tecnológicas en el área. Él fue la primera persona a hablarme de los cables Auto soportados en Fibras (ASF). Me envío copia de un folleto. El jefe de la División de Planeamiento, uno de los muchos descendentes de alemanes que trabajaban en Telepar, me ayudó a leer el folleto. Quedamos entusiasmados con los datos de resistencia a la tracción del cable. ¡Había noticia de tiros de 300 metros! Contactamos a Pirelli y Furukawa. Queríamos a Furukawa, que quedaba en Curitiba, pero ellos demostraron grande preocupación. No querían poner en riesgo la credibilidad técnica de la empresa en una experiencia que podría fracasar. Deseaban más tiempo para madurar el tema. Pirelli, por lo contrario, acepto a la hora. El potencial de negocio era enorme y ellos entendieron que valía la pena arriesgarse.
Mismo sin seguridad de que la idea saldría bien, y contrariando el posicionamiento cauteloso de la propia División de Planeamiento, la Dirección de Telepar decidió apostar alto e hizo un pedido inicial para Pirelli de 200 kilómetros de CCE-ASF. A la ocasión, había solo una minuta esbozada en conjunto con Telebrás. El “cabito”, como chamábamos, tenía seis pares. El código propuesto era CCE-ASF-200-G-06. Literalmente: Cabito Auto Soportado en Fibra, para lances de 200 metros, geleado, 06 pares.
En la capa, para garantizar la resistencia de tracción deseada, fueron agregados cordones de fibras de aramida.
La primera instalación, monitoreada por un grupo de trabajo formado por técnicos de Telepar y Pirelli, fue entre Santa Terezinha do Iguaçu y Vila Bendo. Ocho kilómetros del cabito fueron instalados en un único día de trabajo. Vila Bendo era una simple encrucijada a la época. Tenía una pequeña iglesia, una escuela rural y un pequeño almacén. Pasó a contar con un teléfono público instalado en una cabina.
Fue un éxito. A la tarde que se terminó la instalación y se encendió el TP, pregunté a la señora del almacén, que tenía un fuerte acento véneto, Si ella sabía hacer polenta. Los vénetos son óptimos en hacer polenta. Sé de eso porque soy uno de ellos. Más que decir sí, la mujer, que estaba muy contenta con la instalación del TP en frente de su almacén, nos invitó para volver el día siguiente, para comer una polenta preparada por ella.
En el día siguiente, estábamos de vuelta. El almacén estaba vacío. De repente, ella y su marido vinieron. Ella traía una vasija enorme de aluminio, llena de polenta. Debía haber unos 10 quilos. El marido venía enseguida con dos baldes llenos de pollo ensopado. Nuestro grupo tenía al menos 12 personas, gente joven, llena de apetite.
No sé si era el hambre, pero fue la mejor polenta que había comido en la vida. Quedamos por allá casi hasta el final de la tarde. No hubo lo que hacer para la mujer aceptar el dinero recaudado entre el pueblo que comió allá en aquel día. Acabamos dando todo para un chico, que parecía ser amigo de la familia.
De vuelta al tema, los 200 Km de la compra inicial se acabaron rápidamente. Telepar estandarizó el uso del producto. La noticia espació y despertó el interés de las demás compañías del Sistema Telebrás. Pirelli llegó a vender 10 mil Km en un único año. Pero no quedó mucho tiempo solo en el mercado. Otros fabricantes, entre ellos Furukawa, empezaron a fabricar el producto.
Los actuales cables CFOA-AS descienden de los cabitos CCE-ASF. Los pares de cobre fueron sustituidos por fibras ópticas. La familia CFOA-AS, que contiene capacidades de 6 hasta 288 fibras, es la más usada en Brasil. Es robusto, rápido de instalar y totalmente dieléctrico.
En telecomunicaciones ópticas, casi no se usan cables de acero. Cables dieléctricos están siendo usados cuando se torna necesario fijar un cable óptico en cruce, por ejemplo, o por cualquiera razón que sea.
Como puede verse, las fibras de aramida, inicialmente usadas en capacetes y chalecos antibalas, son hoy un componente esencial para las redes de telecomunicaciones.
Fibras ópticas y fibras de aramida tornaran se un casal. Una dupla que se complementa.
Como pan con mantequilla o café con leche.
*Joaquim Fanton es un ingeniero eléctrico de la Universidad Federal de Paraná (UFPR), con 38 años de experiencia en redes ópticas. Él fue un ingeniero de redes de la Compañía de Telecomunicaciones de Paraná (Telepar), de Telecomunicaciones São Paulo (Telesp), Telebras y el Centro de Investigación y Desarrollo en Telecomunicaciones (CPqD). En la actualidad, se desempeña como consultor de la RNP y participa en la implementación de redes metropolitanas de fibra óptica, bajo el Programa de Ciudades Digitales. Al caminar por el campo, acumuló historias que serán compartidas en este sitio web.
[[{"fid":"6621","view_mode":"default","fields":{"format":"default","field_file_image_alt_text[und][0][value]":"Joaquim Fanton","field_file_image_title_text[und][0][value]":"Joaquim Fanton"},"type":"media","link_text":null,"attributes":{"alt":"Joaquim Fanton","title":"Joaquim Fanton","height":653,"width":641,"style":"width: 100px; height: 102px; float: right;","class":"media-element file-default"}}]]