La lucha contra el hambre y la pobreza hay se intensificado en las últimas décadas, con la reafirmación de compromisos por la comunidad internacional. Sin embargo, los retos de los países desarrollados y de los en desarrollo aún son significativos. Según la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y Agricultura (FAO), actualmente, casi 800 millones de personas permanecen crónicamente sub-nutridas y más de 2 mil millones sufren de deficiencias nutricionales, entre ellas 159 millones de niños con menos de 5 años de edad. Por otra parte, el exceso de peso y la obesidad están aumentando en la mayoría de los países, afectando 1,9 mil millones de personas.

Ante la necesidad de unir esfuerzos internacionales para combatir el hambre, la mala nutrición y la pobreza, se ha lanzado en 2013 la iniciativa “Nutrición para el Crecimiento” (N4G), que resultó de un proceso de un compromiso político iniciado en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 y hoy involucra también los gobiernos de Brasil y de Japón, próximo país anfitrión de las Olimpiadas en 2020.

Como parte de la estrategia, se creó la Red Global de Educación, Investigación y Extensión en Nutrición, Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (NutriSSAN), una cooperación internacional direccionada para la soberanía, nutrición y seguridad alimentaria. El objetivo es diseminar conocimiento acerca de tales temas y desarrollar políticas públicas en diversas regiones y continentes.

La red NutriSSAN está abierta a cualquiera institución comprometida con el combate al hambre y a la desnutrición y alineada al Derecho Humano a la Alimentación Adecuada (DHAA), que entiende la nutrición de forma más amplia, incluyendo también las condiciones esenciales para la alimentación del individuo, como el acceso adecuado al agua y a la tierra.

En evento realizado en abril, en Manaus, instituciones brasileñas firmaron una carta para la creación de la red NutriSSAN. En ella se estableció que la Red Nacional de Educación y Investigación (RNP) es responsable del soporte tecnológico y operativo a la plataforma de la red, que se basó en el modelo de gobernanza de la Red Universitaria de Telemedicina (Rute). A partir de tal experiencia, una de las acciones previstas es la creación de Grupos de Interese Especial (SIG) específico para la red NutriSSAN, para intercambiar conocimiento entre instituciones que tratan del tema, mediante reuniones en webconferencia.

Una de las instituciones involucradas en Seguridad Alimentaria y Nutricional es la Universidad Estatal Paulista (Unesp), que participa de la Red de Defensa y Promoción de la Alimentación Saludable, Adecuada y Solidaria (Redesans), en ámbito nacional, y de la red en soberanía y seguridad alimentaria y nutricional de la Unión de las Nacional Suramericanas (Unasul).

Según la investigadora de la Unesp, Maria Rita Marques de Oliveira, para la comunidad académica, es de particular interés la articulación entre educación, investigación y extensión direccionadas a la soberanía, seguridad alimentaria y derecho humano a la alimentación. “La temática es amplia y variada, discurriendo acerca de todos los procesos involucrados en la cadena alimentaria”, explica.

Para Oliveira, la NutriSSAN tiene como propósito contribuir con conocimiento y tecnologías capaces de solucionar o minorar las cuestiones puestas hoy en el escenario de la Seguridad Alimentaria y Nutricional, que trata del derecho de todos al acceso regular y permanente a alimentos de calidad y en cantidad suficiente, basándose en prácticas alimentarias adecuadas y saludables que respeten contextos sociales, económicos y culturales.