Red académica promueve el encuentro entre la tecnología y el arte telemático
Imagine un espectáculo de danza en que, en vez de dividir el mismo palco, los bailarines están en ciudades diferentes, o incluso en otros continentes. El huso horario y la distancia no impiden la interacción entre ellos, que ocurre gracias a la mediación tecnológica. Esta es la misión de la danza telemática, que acerca a los bailarines que no están necesariamente en un mismo espacio físico, y crea otras relaciones de experimentación con el cuerpo.
En 2013, el espectáculo de danza Dancing Beyond Time (2013), organizado por las redes académicas de Asia y el Pacífico, APAN era una importante asociación que involucra Brasil y varios países, que une el Oeste hacia el Este. Los bailarines se distribuyeron en Barcelona (España), Salvador (Brasil) y en la ciudad de Daejeon, Corea del Sur, mientras que la música fue interpretada en vivo por músicos en Praga, República Checa. Los movimientos de los bailarines fueron capturados por Kinect y la banda sonora fue cambiado como la coreografía.
El espectáculo se hizo posible a través de un consorcio mantenido por redes académicas para transmisión multimedia, HPDMnet (High Performance Digital Media Network), que representó un desafío para la Red Nacional de Educación y Investigación y fue ejecutada en sincronía a pesar de las grandes distancias.
Danza telemática es un capítulo importante en la historia de la RNP. En 2005, el Grupo de Pesquisa Poéticas Tecnológicas, de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), que estudia la interacción entre el cuerpo y los recursos tecnológicos, desarrolló el programa Versus, especialmente para la ceremonia de apertura de la red académica en Brasil, que en el momento había llegado a 10 Gbps.
El performance fue realizado en tres ciudades brasileñas separadas por más de 2.000 km de distancia: bailarines de la Escuela de Danza de la UFBA fueron distribuidos en Salvador y Brasilia, mientras músicos componían la banda sonora en tiempo real, en João Pessoa. La configuración permitía que un bailarín tuviese la referencia espacial de su propio cuerpo en relación al compañero, situado en otro lugar, poniendo en jaque nociones de distancia, relación espacio-tiempo y de proximidad.
“Todos los artistas involucrados actuaban en tiempo real, buscando una interacción a través de la red, en la cual el público podía asistir presencialmente en Brasilia o por Internet”, explica la coordinadora y fundadora del Grupo de Pesquisa Poéticas Tecnológicas, Ivani Santana. La investigadora considera el arte telemática, a la cual se dedica hace más de veinte años, un nicho cognitivo, que promueve una mediación y intercambio de información, para probar otras formas de acceso al otro.
Al final del ciclo del programa, el grupo de investigación ha dado lugar a Arthron, el apoyo a eventos de los medios de herramienta, capaz de transmitir datos audiovisuales a alta resolución y en tiempo real distribuido. La plataforma fue utilizada en el afecto muestran e_Pormundos afeto, en asociación con la compañía catalán Konic Thtr. La primera versión de la actuación se hizo entre dos ciudades brasileñas, Fortaleza y Natal, y también en Barcelona, España.
Según Ivani Santana, estas experiencias fueron el inicio de un proceso de transmisión de conocimiento para varios colaboradores nacionales y internacionales, así como el reconocimiento de la red académica como un medio para la experimentación en artes. “Estas iniciativas fueron fundamentales para la difusión del arte en red y un estímulo para que muchos artistas conociesen y comenzasen a investigar y crear en este campo”, afirmó la investigadora.
En los últimos años, el Grupo de Pesquisa Poéticas Tecnológicas se dedica a otros proyectos: uno de ellos internacional, Personare, entre Brasil, Chile y Portugal; y Grietas del Tiempo, realizado en conjunto con el Ballet Teatro Castro Alves, que explora los alrededores de la ciudad de Salvador. Además de esto, lanzó en diciembre del 2015 una revista especializada en danza y performance digital, Mapa D2.
Foto: Dancing Beyond Time (2013).
Crédito: Revista Mapa D2.